955,5 euros al mes de media costaba ya el pasado diciembre, según un encuesta del Gobierno vasco. Un precio que apenas ha sufrido las consecuencias de la crisis y que se desbocó en 2017 con una subida de 66 euros de golpe. Esta tendencia vuelve a situar al sector en máximos históricos: rozando los 968,8 euros que salía arrendar un piso en 2008, justo antes de estallar la burbuja inmobiliaria.