Todo comenzó en 2002 cuando, ante dificultades para afrontar sus gastos, acude a su banco de referencia en busca de una solución. Este tipo de tarjetas se caracterizan porque tienen un límite de crédito establecido, que va disminuyendo a medida que el titular va gastando el dinero y se repone a través de pagos periódicos.
Usó las tarjetas durante unos años hasta que su situación económica mejoró y entonces dejó de utilizarlas. Pagaba 100 euros mensuales, pero su deuda prácticamente no se amortizaba ya que que se le aplicaban unos intereses abusivos del 29,83%.