Según el trabajo, realizado por investigadores españoles, las personas que cenan antes de las 21h o esperan al menos dos horas antes de acostarse tienen menor riesgo de padecer alguno de estos dos tipos de cáncer que las que hacen la comida nocturna después de las 22h o las que se acuestan inmediatamente después de cenar. Todo apunta a que el momento de comer es importante y hacerlo en horas tardías afecta a la salud». El estudio se ha centrado en el cáncer de mama y de próstata, que son dos de los más comunes en el mundo y que más se relacionan con el trabajo nocturno y la alteración del reloj biológico.