El edificio del BBVA en la Plaza Circular, que durante años fue una importante sede financiera además del rascacielos más alto de Bilbao, cumplirá 50 años el próximo año y lo hará en pleno proceso de transición. No solo porque la actividad que espera a sus oficinas sigue siendo una incógnita, sino porque será sometido a un proceso integral de rehabilitación que le permitirá recuperar su aspecto original.
Será un encargo a la carta para que los 10.000 metros cuadrados de las cuatro fachadas vuelvan a brillar.