Un fraude que ha causado un importante daño económico a las empresas del sector, una mala reputación del turismo español y un perjuicio potencial a miles de turistas.
Para frenar esta estafa masiva, la normativa británica se ha endurecido. Ahora no será suficiente presentar una receta de la farmacia, sino que habrá que aportar informes médicos y una acreditación que demuestre que los daños sufridos son responsabilidad del hotel. Un matrimonio inglés ya ha sido condenado a quince años de cárcel por una denuncia falsa.