La reacción más normal después de una picadura es sufrir una inflamación: si es menor a diez centímetros, se recomienda aplicar frío local, y si es muy molesta, corticoides en crema. Si la inflamación es superior a ese tamaño, también habría que consumir antihistamínicos y corticoides orales. Si se sufre una reacción alérgica generalizada, habría que acudir al hospital para recibir una inyección de adrenalina.