Este encarecimiento se debe, principalmente, a que el mercado eléctrico mayorista se está nutriendo principalmente de energías caras, como las centrales de gas y carbón, y por las importaciones desde Francia. Estos gastos de mayoristas suponen un 35 por ciento del total de la factura, ya que los costes regulados por el Gobierno llevan congelados desde hace varios años. Además, la energía eólica y solar han aportado menos energía que en otras ocasiones. A todo ello se suma la incapacidad de poder utilizar energía nuclear.