En concreto, ha condenado al padre de la niña, Francisco Blanco, a una pena de cinco años de prisión, y a la madre, Margarita Garau, a tres años y medio de cárcel por estafar más de 400.000 euros en donativos, simulando que eran para tratar a su hija de una enfermedad rara. Les sentencia además a multas que suman 5.000 euros, así como a devolver los donativos a las personas estafadas, tras concluir que aprovecharon la enfermedad de la menor para «urdir un plan» con el que enriquecerse mediante campañas solidarias.