Los detenidos -un hombre y una mujer- actuaban en Madrid, Barcelona y Bilbao y ahora, tras su paso a disposición judicial, han ingresado en prisión provisional.
Se les acusa de perpetrar robos por «sumisión química». Para ello, en primer lugar, contactaban con las víctimas en aplicaciones de contactos en las que usaban alias falsos, luego quedaban en su domicilio y finalmente aprovechaban un descuido para introducir la pastilla en la bebida y anular su voluntad.
La gran mayoría de las víctimas tuvo que ser atendida en centros hospitalarios por intoxicación e incluso una de ellas llegó a sufrir un ictus.