Obsequiar a los niños con muchos regalos en Navidad les puede acabar convirtiendo en personas egoístas, sobreestimuladas y con un bajo nivel para aceptar contratiempos, alertan. Una consecuencia del exceso de regalos es lo que resume el llamado síndrome del niño hiperregalado, que, según los expertos, provoca entre otras cosas que los niños “no aprecien los regalos, pierdan la ilusión y se vuelvan caprichosos, egoístas y consumistas”.
Para intentar minimizar la saturación de los niños, el experto propone limitar el número de objetos que los pequeños recibirán hasta cuatro regalos algo para leer, algo que pueda ponerse , algo que realmente necesiten, y finalmente algo que deseen y que sea el juguete que han pedido en todas las cartas a los Reyes magos, Papa Noel u Olentzero.