La investigación se inició a finales del año pasado cuando el departamento de seguridad de la empresa detectó en la zona de distribución cinco paquetes cuyos pesos de salida del centro no coincidían con los de entrada, descubriendo que en su interior, en vez de encontrarse el objeto adquirido por el cliente había móviles y relojes electrónicos de alta gama.
Los agentes descubrieron que el empleado, con acceso a los inventarios y a los productos, había creado un complejo entramado para cometer los robos, para ello contaba con colaboradores ajenos a la empresa.