Los padres de Julen, el niño de dos años que murió hace un año tras caer en un pozo en Totalán, Málaga, han llegado a un principio de acuerdo con el dueño de la finca y único acusado por la muerte del menor.
El propietario de la parcela, David Serrano, acusado de un delito de homicidio por imprudencia grave, habría aceptado una condena y el pago de una indemnización, con lo que se evitará el juicio que iba a comenzar este martes y en el que iban a declarar unas 50 personas como testigos o peritos.
En este proceso la Fiscalía pide tres años de cárcel y la acusación particular, tres y medio. Ahora se ha llegado a un pacto y el juez deberá ratificar el acuerdo y dictar una sentencia de conformidad que evitará la celebración del juicio.
Los padres de Julen, que ya perdieron a otro hijo también en tristes circunstancias, ya habían dicho que no querían revivir el calvario por la muerte de su hijo.