Entre las medidas que China ha adoptado para intentar frenar la expansión del nuevo coronavirus, se encuentra la de prohibir comerciar con la carne de animales salvajes. Las autoridades han instaurado una moratoria para su venta callejera, en restaurantes y por internet.
Según se ha constatado, el foco del brote se sitúa en el tradicional mercado húmedo de la ciudad de Wuhan, especialmente en el tráfico ilegal de especies que son vendidas como alimento, y sin ningún tipo de control sanitario. Los animales, que los comercios dispensan vivos o recién sacrificados, suelen ser cazados mediante prácticas que les generan un alto nivel de estrés, lo que baja sus defensas y facilita que afloren patologías. Desde el Centro de Investigación en Sanidad Animal recalcan que aún se desconoce de qué animal parte el virus. A la espera de saber la fuente exacta, los expertos coinciden en que la venta de animales, en condiciones de higiene muy pobres es un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de estas infecciones.