El tatuador donostiarra juzgado por acosar y agredir sexualmente a una docena de clientas ha sido condenado a 11 años y un mes de cárcel y a abonar distintas multas como autor de tres delitos de agresión sexual, seis de abuso sexual, uno de acoso y otro de coacciones.
El acusado se enfrentaba a una petición de cárcel superior a los 30 años por parte de la Fiscalía, y se encontraba en libertad provisional después de que así lo decretara un Juzgado de San Sebastián, en una decisión que luego confirmó la Audiencia de Gipuzkoa. La sentencia relata los hechos sucedidos entre 2014 y 2018, que fueron descubiertos cuando, el 30 de enero de aquel año, una de las clientas desveló en internet que había sufrido abusos por parte del tatutador, lo que dio pie a una serie de denuncias en cascada por parte de otras mujeres.