Hoy ha comenzado en Madrid el juicio por el llamado ‘Dieselgate’ cuatro años después del escándalo de los motores trucados de Volkswagen para burlar los controles de gases contaminantes. Un juzgado de Madrid decide si esta práctica, reconocida por la empresa alemana en su vehículos de motor diésel perjudicó a los propietarios, que los compraron los oches convencidos de que estos contaminaban menos.
En este proceso la Organización de consumidores y usuarios, OCU, representa a 7.500 afectados que piden 3.000 euros por perjudicado. En total se calcula que en España son cerca de 700.000 los conductores afectados.
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