El sector del comercio y la hostelería se siente abandonado por Lanbide. Concretamente desde la asociación EUSKALDENDAK se ha hecho saber a la Consejería de empleo su malestar con la operativa de la ayuda extraordinaria para autónomos afectados por el COVID-19. Creen que la ayuda puede mejorarse, ya que su reducida cantidad hace que los posibles beneficiarios entren en avalancha para poder acceder a una prestación que se queda muy corta”, ya que en el mejor de los casos llegará a una de cada 30 afectados.
Desde Euskaldendak explican que ya transmitieron al Gobierno Vasco que había más de 65.000 trabajadores por cuenta propia que el 7 de abril tenían su actividad suspendida. Entendiendo que se estaba generando un problema de índole social, proponían modificaciones en la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos para su automatización puntual, dado que “no precisa habilitación presupuestaria”, algo por lo que siguen apostando.