Save the Children considera que, tal como está planteado, el anuncio del Gobierno de no retomar el curso hasta septiembre acarreará serias dificultades de conciliación para numerosas familias y obligará a muchos padres y madres a tener que elegir entre cuidar de sus hijos e hijas o trabajar -o buscar trabajo-.
La organización sostiene que la apertura de las escuelas de infantil hasta los 6 años con acceso limitado a familias que acrediten que no pueden conciliar dejará fuera a los progenitores en desempleo, que igualmente necesitan dejar a sus hijos e hijas en la escuela o cargo de terceras personas para buscar trabajo. También excluirá a familias que viven de la economía informal y que no pueden demostrar su situación con un contrato laboral. Además, son los hijos e hijas de estas familias los que más se benefician del estímulo de la educación temprana que llevan semanas sin recibir.
Asimismo, si las medidas para los mayores de 6 años no tienen suficiente alcance, muchas familias, especialmente las monoparentales, se verán en dificultad para conciliar y esto afectará principalmente a las mujeres, sobre las que suele recaer el cuidado y entre las que se dan las tasas más altas de desempleo y de empleo parcial, 23,5% y 29%, respectivamente.
Las mayores dificultades para conciliar, advierte Save the Children, las tendrán las familias en situación de pobreza. Estas no cuentan con recursos para contratar a cuidadores mientras buscan trabajo ni mientras trabajan, puesto que suelen ocupar puestos en el sector de los cuidados o servicios, donde no es posible el teletrabajo. Algunas de estas familias suelen encontrarse en una situación de precariedad y economía sumergida que les impide acceder a las ayudas y medidas de protección aprobadas por el Gobierno.
Save the Children plantea como solución que en la apertura de los centros escolares en verano, dentro de los límites que permitan las condiciones sanitarias, se incluya a familias en desempleo y con baja renta en el acceso a las escuelas infantiles 0-6, y que se ponga en marcha la prestación por cuidado de hijos e hijas durante el confinamiento para aquellas familias que no puedan teletrabajar o flexibilizar su horario. Esta ayuda debería, como mínimo, mantenerse hasta septiembre y se debería poder retomar en caso de que surja una nueva situación similar.
La organización considera necesaria también la creación de medidas que posibiliten la conciliación. En este ámbito, Save the Children propone a los Ayuntamientos que programen, con apoyo de las Comunidades Autónomas, actividades de apoyo a la crianza y conciliación, priorizando a las familias vulnerables y a las madres solas con hijos e hijas a cargo. Otra posibilidad es realizar transferencias monetarias directas a las familias para que puedan acceder y elegir servicios de conciliación, priorizando a los hogares en situación de vulnerabilidad con trabajos precarios.
Save the Children traslada dos peticiones más al Gobierno y el sector empresarial: permitir la flexibilización de horarios y reducción de jornada más allá de la duración del estado de alarma e incentivar a las empresas para adoptar estas medidas sin que necesariamente se deba aplicar la reducción de jornada y sueldo. Un colectivo para el que es especialmente necesario tomar medidas de alivio es el de las familias monoparentales, en el que más de la mitad se encuentra en riesgo de pobreza.
Save the Children apoya la apertura de los centros educativos en cuanto lo permita la situación sanitaria no sólo con el objetivo de favorecer la conciliación sino de fomentar el ocio educativo y el refuerzo escolar que recorte la brecha educativa que haya podido ampliar el confinamiento y trabajar su bienestar socioemocional. Es un espacio clave, recuerda también, para detectar casos violencia o negligencia contra la infancia que se hayan podido producir durante este periodo.
Así, la apertura de las escuelas infantiles –entre las que recomienda priorizar aquellas cuyos contratos fueron cancelados por la pandemia- ha de ir acompañada de programas de refuerzo educativo para resto de alumnado y priorizando a las familias en desempleo y con baja renta.
El equipo experto en educación de la ONG, propone que, siempre siguiendo las recomendaciones sanitarias, estas actividades combinen ocio, actividad física (para compensar el sedentarismo sobrevenido por el confinamiento) y contenidos formativos que cubran aprendizajes esenciales que no se han abordado durante el confinamiento. Esto es especialmente importante para los niños y niñas de entornos desfavorecidos, ya que su riesgo de desvincularse de la escuela es mayor. Para esto, plantea la necesidad de apoyo económico del Gobierno a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos que tendrán que hacer un esfuerzo extra para alcanzar a la mayor parte posible de alumnado que lo necesite.