Todo apunta a que los ciudadanos hemos cambiado nuestra manera de consumir como consecuencia de la crisis del COVID-19. En concreto han aumentando las compras online y parece que los van a seguir haciendo en los próximos meses.
Según diferentes estudios, la pandemia ha creado la figura de un nuevo consumidor, con menos miedo a comprar por Internet, más sensible a las marcas blancas, que presta más atención a las ofertas, se aleja de los hipermercados y paga con tarjeta. Lo cierto es que el confinamiento ha hecho que el segmento de la población que menos compraba por internet, los mayores de 55-60 años, ahora es el que más ha necesitado hacerlo.
Pero el consumidor de después de la crisis sanitaria no solo comprará por internet, también se acercará al pequeño comercio de proximidad, que ofrece un producto de calidad y a un buen precio y que no presenta las aglomeraciones de gente que pueden presentar las grandes superficies.