Muchos niños han visto alterada su dieta debido al confinamiento, lo que, sumado a la falta de deporte, les ha hecho ganar peso. La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad estima un aumento del 5 % en el peso de niños y adolescentes, cifra que se traduce en un kilo más de media.
El cierre de las escuelas y las vacaciones de verano aumentan el riesgo de que los niños ganen demasiado peso, por lo que es importante aprender a comer adecuadamente desde pequeños en la escuela y en casa ya que esto puede combatir el sobrepeso, la obesidad y futuras enfermedades de la población. Para evitarlo es fundamental una alimentación saludable que aporte la energía y los nutrientes necesarios. Según los nutricionistas se debe basar en el consumo mayoritario de alimentos de origen vegetal frutas, hortalizas, legumbres, entre otros, acompañado de pequeñas porciones de pescado, carnes blancas, huevos y lácteos, y agua como bebida principal.