La fábrica de Nissan en Barcelona echará definitivamente el cierre después de un mes de incertidumbre que había llevado a los trabajadores a una huelga indefinida. Los ejecutivos de la firma japonesa anunciarán esta decisión en la rueda de prensa de presentación de resultados y el plan estratégico de la compañía, que ya no cuenta con las históricas instalaciones ubicadas en la Zona Franca de la capital catalana.
La decisión dejará en la calle a 3.000 personas de forma directa y repercute en otras 20.000 de forma indirecta.
Así lo confirma el Ministerio de Industria, que insiste que la continuidad de la fábrica barcelonesa no tiene sentido para la propia Nissan, «al ser más rentable invertir que asumir el coste del cierre, que podría superar los 1.000 millones de euros». Según ha venido subrayando el Ejecutivo en los últimos días, las inversiones necesarias para fabricar nuevos modelos en la planta rondarían los 300 millones.