Este verano serán muchas las comunidades de vecinos que no habilitarán las piscinas de sus edificios como consecuencia de la crisis sanitaria. En algunos casos porque es inviable por falta de medios y en otros, para evitar conflictos con los horarios de acceso.
Y es que en esta nueva normalidad los aforos están limitados por los que en muchas comunidades se van a establecer turnos entre los vecinos para poder darse un chapuzón, y claro, puede que a una familia le toque turno en la piscina cada 15 días, dependiendo de los vecinos que haya y esto genera discusiones. Todo porque hay que guardar la distancia de seguridad y algunos se planean incluso contratar a un controlador de aforo.
A ello se suma el coste económico. La higienización y el mantenimiento de la piscina puede conllevar un coste extra importante que muchos nos están dispuestos asumir.