Lo publica hoy la prensa vasca y es algo que habían augurado ya muchos afectados. La próxima campaña de la renta puede dar un buen susto a las personas que estén o hayan estado en ERTE. Más de 200.000 empleados vascos que han estado sometidos a alguna suspensión temporal de empleo.
Y es que por un lado, muchos contribuyentes que habitualmente están exentos de presentar la declaración tendrán que hacerlo de forma obligatoria.
Para quienes ganan menos de 12.000 euros brutos al año no hay cambios y no tendrán que presentar la declaración aunque hayan estado en ERTE. Quienes ganen entre esa cantidad y 20.000 euros, que hasta ahora estaban exentos, tendrán que hacerlo por haber recibido los ingresos de más de un pagador. La empresa y el SEPE. Pero el problema es mayor. Y es que el SEPE no aplica retenciones a las cantidades que abona en estos casos, lo que aumenta de forma considerable la factura en la liquidación final. Por poner un ejemplo, para alguien con un salario de 40.000 euros anuales que haya estado sometido a un ERTE total durante estos más de tres meses, la factura pendiente se acercará a los 1.400 euros. Una factura que deberá abonar en la primavera de 2021 cuando presente su declaración de renta.