Los plásticos, que contaminan todos los elementos del planeta han llegado hasta los tejidos y órganos humanos, según un estudio que se presenta en el Congreso virtual de Otoño de la Sociedad Americana de Química.
Aunque la mayor parte de las bolsas o las botellas de agua se descomponen en el medio ambiente, algunos fragmentos o microplásticos no biodegradables permanecen en el entorno y acaban siendo ingeridos por los animales y las personas al comer, beber o respirar.
Se sabe que en la vida silvestre y en los animales, estas minúsculas partículas provocan inflamación, cáncer y problemas de fertilidad, pero de momento hay pocos estudios que hayan evaluado sus efectos en la salud de las personas.