Las pruebas de ADN a los restos hallados esta semana en el vertedero de Zaldibar pertenecen a Alberto Sololuze.
Los investigadores ya trabajaban con esta hipótesis puesto que junto con los huesos (entre los que estaba el cráneo y una tibia), estaban también objetos personales -entre ellos, el reloj- de este trabajador que estaba a punto de jubilarse cuando se produjo el deslizamiento del terreno de Verter Reyicling.
El departamento de Seguridad del Gobierno vasco ha explicado que ya se ha comunicado a la familia de Sololuze y al juez que la prueba de ADN ha sido positiva y que los restos óseos encontrados pertenecen a Alberto.
Faltaría ahora de encontrar los de su compañero Joaquín Beltrán, que también fue sepultado por el derrumbe del 6 de febrero.
El pasado domingo a primera hora de la tarde, se encontró a 23 metros de profundidad un hueso envuelto en tela en el vertedero y, posteriormente, se confirmó que pertenecía a una persona. Desde ese momento, han aparecido otros restos óseos, además de algunos objetos personales como una cámara de fotos, una correa de reloj, unas gafas de sol y un candado.
El lugar donde se encontraron los restos óseos y esos objetos, en la zona B1, junto a la báscula, era el área en el que se pensaba que se encontraba Alberto Sololuze en el momento del derrumbe.