Hoy se celebra el Día Internacional para la prevención del suicidio. En Euskadi, cada año, se suicidan de media unas 200 personas y es la segunda causa de fallecimiento entre jóvenes de entre 15 y 29 años.
España registró en 2019 un total de 3.145 casos, el triple que las muertes por accidente de tráfico.
Los trastornos depresivos podrían aumentar hasta un 20% en los próximos meses y años a causa de la pandemia actual de COVID-19 y de las crisis social y económica que se prevén.
En España, el suicidio es la primera causa de muerte no natural —3.600 personas al año, según los últimos datos disponibles— por delante de los accidentes de tráfico, los accidentes laborales y la violencia de género. Las estimaciones sitúan la cifra de personas que cada año intentan quitarse la vida en 35.000.
Y la cifra podría incrementarse tras el confinamiento si no se toman las medidas adecuadas, según ya han denunciado previamente los expertos lamentando que las autoridades no hayan tenido en cuenta el impacto de sus políticas en salud mental.
Es la advertencia de los expertos que abogan por un Plan Nacional de Prevención de Suicidio y advierten de que los grupos vulnerables han aumentado tras la pandemia. Se prevé que para 2050 la depresión sea el principal problema de salud mundial