El próximo 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, los bilbaínos no podrán acudir al cementerio de Derio para visitar a sus familiares fallecidos. Así lo acaba de confirmar el alcalde de la villa, Juan Mari Aburto, que ha reconocido que se trata de «algo muy duro». La decisión está motivada por las medidas de confinamiento y restricción de la movilidad impuestas para intentar atajar la empidemia del coronavirus.