El riesgo de sufrir reacciones alérgicas por la ingesta accidental de alimentos se incrementa durante las Navidades al realizar más comidas fuera de casa y los niños son especialmente vulnerables a sufrirlas, según advierte la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP). Desde SEICAP se señala la importancia de prestar atención tanto a aquellos niños con alergia alimentaria como a aquellos que prueban ciertos alimentos por primera vez, como los frutos secos, pescados o mariscos, habituales en esta época del año.
En la guía Navidades felices y seguras para niños alérgicos a alimentos, disponible en su página web www.seicap.es, se incluyen todas las recomendaciones. Además, recuerda que este año hay que tomar en cuenta también las medidas frente a la COVID-19, como el no compartir en la mesa, usar mascarilla, lavar con frecuencia las manos y ventilar a menudo las estancias.
Entre un 4 y un 8% de la población infantil padece alergia alimentaria, incluso en algunos países se estima ya un 10%, y los alimentos que la causan son el huevo, la leche, los frutos secos, el pescado, el marisco, las legumbres y las frutas, por ese orden, según la SEICAP.
“El único tratamiento que nos asegura que el niño no vaya a tener síntomas por ingerir un alimento al que es alérgico es la evitación completa del mismo, ya sea en trazas o con cualquier forma de presentación y cocinado. Por lo tanto, en Navidades donde se consumen algunos alimentos y recetas fuera de lo habitual hay que prestar mucha atención al contenido de los platos o productos envasados, como turrones, chocolates, etc; que pueden contener alérgenos, como por ejemplo, frutos secos”