El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina, estima en un 30% la caída de ventas que ha provocado la pandemia y ha advertido de que las perspectivas para este año «son peores si la situación no da un vuelco radical a corto plazo». Por ello, ha pedido a la administración ayudas directas y medidas de apoyo al sector. Y es que La hostelería es el principal canal de comercialización del txakolí y, aunque se han potenciado otras vías como las tiendas de alimentación, las grandes superficies y la venta directa en internet, «estos recursos no compensan las pérdidas que causan las limitaciones de bares y restaurantes.
Además, advierten que, las bodegas de Bizkaia están «al límite» y hay «mucha preocupación» de llegar a la próxima vendimia en septiembre «con los depósitos llenos y sin sitio para trabajar con la nueva cosecha».