El Museo Vasco de Bilbao ha presentado su nuevo depósito externo situado en Zamudio y que albergará el grueso de su colección bajo estrictas medidas de conservación. Las nuevas instalaciones destacan por ser pioneras en equipamiento de última generación; un mobiliario de almacenamiento que tiene integrado un sistema de gestión propio que facilita la trazabilidad, localización y consulta de los fondos. Este sistema de gestión, instalado en los dos tipos de almacenamiento del depósito (tipo fijo y abierto, y tipo cerrado y rodante electrónico) permite el control inmediato de objetos gracias a la combinación de su avanzado software, códigos QR situados en cada objeto y cada tipo de ubicación (sector, bloque, modulo, balda, cajón, malla, barra de percha…) y un dispositivo móvil PDA para ubicar cada objeto en una localización.
Esta tecnología permite que el proceso de traslado de la colección del Museo esté controlado desde el origen hasta el destino. De esta forma, el Museo Vasco se convierte en uno de los primeros espacios museísticos en Euskadi en trasladar una colección sin romper esta cadena de información sabiendo en todo momento la localización y la situación en la que se encuentra la pieza simplemente consultando un dispositivo móvil.
Además del control topográfico, esta tecnología también permitirá en un futuro controlar su ubicación si la pieza tuviese que salir del depósito por un tema de conservación o como parte de un préstamo para una exposición de otra institución o del propio Museo.
En cuanto al edificio, no se trata de un almacén sino de un depósito normalizado con control de parámetros ambientales; Cada una de las áreas del mismo está pensada para albergar un tipo determinado de patrimonio: Objetos pesados y/o de grandes dimensiones, como mobiliario, depositados en estructuras abiertas, y objetos de pequeño y mediano tamaño, como textil y cerámica, en compactos rodantes.
Especial atención al textil y la obra gráfica, que debido a su delicadeza cuentan con una sala independiente con condiciones ambientales adecuadas a sus necesidades, y un sistema hidrófugo. En caso de incendio se produciría el vacío en ese espacio y el sistema apagaría el fuego en pocos minutos sin dañar la colección ubicada en el compacto. Además, todo el depósito cuenta con medidores de temperatura y humedad electrónicos, control in situ o mediante app a través de cualquier dispositivo móvil.
La gestión total de todo este equipo de control climático y de prevención y extinción de incendios del edificio se realiza desde una sala de control que cuenta con todas las garantías para la buena conservación de las piezas.
Con una inversión de 1.764.858€ a lo largo de los 3 últimos años, que incluye aspectos como el análisis técnico previo, el proceso de traslado, personal externo de apoyo destinado a esta tarea, la climatización, el mobiliario (estructuras abiertas y compactos rodantes) o limpieza y desinfección de piezas, el objetivo del Museo Vasco se ha cumplido ganando 1.150m2 repartidos en 2 plantas destinados a depósito de la colección.
Para ello, se ha estudiado el depósito con el fin de conseguir un máximo aprovechamiento del volumen dando el espacio correspondiente a cada pieza que ahora están convenientemente reubicadas en condiciones óptimas de conservación (mobiliario, clima, incendios, etc).
Todo ello hará que el nuevo Museo Vasco cuente con mayor espacio para exposiciones utilizado hasta el momento para almacenaje de la colección.