La juventud vasca está satisfecha con su situación personal y también con la de su colectivo, en general, pese a que la pandemia se ha dejado notar en un año como 2020, cargado de situaciones excepcionales. Así lo refleja el informe Aurrera Begira 2020, elaborado por el Observatorio Vasco de la Juventud
El estudio señala que la pandemia y la crisis económica han condicionado las expectativas de la juventud vasca como queda reflejado en que dos de los diez indicadores del informe hayan registrado el peor resultado de los últimos ocho años. El índice de satisfacción personal, que valora situación laboral, como de estudios, tiempo libre, amistades, familia y salud, ronda el notable, con 74 puntos sobre 100, el dato más bajo, influenciado, principalmente, por el impacto que la pandemia y las restricciones han tenido en sus relaciones sentimentales y/o sexuales.
El otro indicador con el peor resultado del histórico es el relativo a la confianza en el futuro, con 63 sobre 100. No obstante, el balance global muestra a una juventud satisfecha y con confianza en encontrar un trabajo acorde a su formación.