Quienes paseen estos días por el centro de Bilbao, verán a Puppy, el entrañable perro que custodia el Guggenheim cubierto de andamios. Y es que durante esta semana se están cambiando las 38.000 flores que visten a la gigantesca obra de arte.
Todo para mantener la pieza de Jeff Koons, uno de los iconos del Museo Guggenheim. En total, 38.000 flores y 40.000 plantas, que en la temporada de estío han de resistir las altas temperaturas, y que forman el mapa de color de la pieza de arte: la alegría y la begonia que le da los tonos blancos y rosas,; la lobelia y ageratum que aportan el azul, el tajete, naranja y amarillo; y la hiedra. En otoño estas flores se cambian por coloridos pensamientos, que aguantan bien el frío. Debajo de este manto, Puppy esconde una estructura de acero con cajones que contienen la turba, que se cambia cada cuatro o cinco años. Durante el cambio de flor se realizan tratamientos fitosanitarios y reparaciones en el riego, en el caso de que se necesite.
