La próxima semana, el 22 de junio, se cumplen 40 años desde la aprobación de la ley del divorcio en España en 1981. Aquel año, la tasa de divorciados fue del 0,6%. Ahora es del 8,4%.
A pesar de la entrada en vigor de la ley, divorciarse en nuestro país hace cuatro décadas, estaba mal visto, sobre todo para la mujer, que en ocasiones se cambiaba hasta de ciudad para no tener que dar explicaciones. En 1981 en concreto, hubo 10.000 divorcios tras la ley, que entró en vigor en julio. La causa más recurrente era la infidelidad, pero tenía que demostrarse. Por eso, muchos recurrían a detectives o a testigos, para tener pruebas.
Ha pasado el tiempo y ahora los españoles se divorcian con más edad, también se casan más tarde, y eso sí, suele haber menos conflictos.