Las altas temperaturas en verano favorecen el crecimiento de microorganismos en los alimentos y la cadena del frío se puede romper con facilidad. La OCU nos da unos sencillos consejos para evitar las intoxicaciones alimentarias.
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, durante 2019 se produjeron en España 506 brotes alimentarios, que afectaron a 6.082 personas, lo que supone un 9,6 % del total de brotes alimentarios en Europa.
Hay que lavarse las manos con regularidad, especialmente antes de manipular alimentos. Después de cocinar, refrigerar la comida lo antes posible. A temperatura ambiente las bacterias crecen rápidamente. Cuando salimos de casa, llevar la comida en recipientes muy limpios y herméticamente cerrados.
Evitemos la contaminación cruzada, tablas, platos o cubiertos usados con alimentos crudos no pueden utilizarse otra vez con los cocinados sin haberlos lavado. Durante la compra, dejemos para el final los alimentos que necesitan refrigeración o congelación y démonos prisa para volver a meterlos en frío lo antes posible.