Tubos Reunidos ha presentado hoy a los sindicatos su plan de viabilidad, pactado con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del Gobierno central y que le ha otorgado una ayuda financiera extraordinaria de 113 millones de euros. Se centra en la transición energética y la descarbonización. La medida más relevante es el cierre de la acería de Trapagaran y la dirección de la compañía asegura que no se presentará ningún ERE, únicamente prejubilaciones.
Previsiblemente, el excedente laboral que se generará con el cierre de la acería vizcaína se absorbería con jubilaciones anticipadas, junto con el traslado de una parte de la plantilla de Trápaga, y también de Pamplona, a la planta de Amurrio. Todavía la empresa no ha informado del número de trabajadores del grupo que se podrán prejubilar y tampoco de los que serán trasladados.
La puesta en marcha del plan estratégico permitirá a Tubos Reunidos abordar nuevos mercados y sectores de actividad, con especial presencia de las energías limpias y el hidrógeno. Escuchamos al presidente del grupo alavés, Francisco Irazusta:
El grueso de los 60 millones de euros de inversión en los próximos cinco años irá destinado a las plantas de Amurrio en Álava y Trapagaran en Bizkaia.