Los casos de acoso escolar han bajado un 44,5% desde que comenzó la pandemia, debido al estado de alarma, y a que se suspendieron las clases presenciales. Después, por las medidas sanitarias de distancia y seguridad, que han generado un mayor control por parte del profesorado.
Esta es una de las conclusiones del informe anual sobre acoso escolar de Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña, que refleja un descenso sin precedentes en la incidencia del acoso escolar, pues actualmente sólo el 15,2% de los alumnos afirman que en su clase hay algún compañero que sufre bullyng, una cifra que contrasta con el 34% que lo pensaba en 2019. Sin embargo, a pesar de ello, los estudiantes admiten que han aumentado las agresiones en grupo, hasta un 65%. También ha crecido el ciberbullyn. Ya es la forma de acoso más común, pues una cuarta parte de los alumnos conoce compañeros que podrían haberlo sufrido.