El próximo año Osakidetza cambiará la mayoría de sus mamógrafos, casi la totalidad, y serán sustituidos por equipos de última generación, que contarán con tomosíntesis, una técnica más precisa para el diagnóstico del cáncer de mama. Para ello se contará con una inversión de 4,9 millones de euros.
De este modo se cambiarán 16 de los 20 equipos con los que cuenta el servicio vasco de salud y que se emplean, entre otros, para el Programa de Detección Precoz de este tipo de cáncer, un proyecto que se puso en marcha hace 26 años, y gracias al cual, en este tiempo, se han detectado 11.000 tumores malignos en las más de 2,2 millones de mamografías realizadas en Euskadi. Así lo ha explicado la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, quien, con motivo de la celebración este martes, del Día Mundial contra el Cáncer de Mama, ha insistido en la importancia de la detección precoz.
A pesar de que la pandemia ha obligado a adoptar medidas de seguridad, que han provocado que el ritmo de las pruebas se ralentizara, a día de hoy Osakidetza ha conseguido retomar prácticamente la actividad pre-pandémica.
