Euskadi registró en los diez primeros meses del año 27 muertes y 162 heridos graves por accidente laboral, lo que supone que los siniestros en el trabajo, o en el camino a éste, se cobran la vida de un operario cada once días y provocan un herido grave cada dos jornadas. Los datos de Osalan solo llegan hasta octubre.
Según el último informe, un total de 30.189 trabajadores vascos sufrieron un accidente de trabajo que conllevó baja laboral en los diez primeros meses del año, lo que supone un incremento del 17% respecto al mismo periodo del pasado año. Prácticamente se ha recuperado el alto nivel de siniestralidad que ya existía antes de la pandemia. Los accidentes en jornada ascendieron a 26.052 (+18,1%) y los contabilizados ‘in itinere’ a 2.869 (+8,3%). Por su parte, las recaídas fueron 1.268 (+17,4%).
Del total de accidentes en jornada de trabajo, 25.887 fueron leves (+18,2%), 141 graves (+0,0%) y 24 mortales (cinco más que en 2020). Los siniestros ‘in itinere’ de carácter leve fueron 2.845 (+8,5%), hubo 21 graves (por 23 en 2020) y tres fallecidos (uno menos que un año antes).
En el análisis por sectores, la construcción presenta la mayor siniestralidad, con 55,6 bajas por cada mil ocupados, seguido de la industria, con 50,4. En tercer lugar figura el sector primario, con un indicador de 49,6, mientras que en los servicios el número de bajas es de 20,4.