Bizkaiko Txakolina ha vivido un momento «histórico y simbólico». El Consejo Regulador ha presentado ante productores, distribuidores y representantes institucionales una profunda modificación del reglamento que amparó el nacimiento, en 1994, de la denominación de origen.
En ese sentido, una de las modificaciones es precisamente la reducción de la producción, de 13.000 kilos de uva permitidos por hectárea a 11.500 en las variedades blancas y a 9.500 en las tintas.
Sin embargo, la principal novedad es la incorporación de un nuevo etiquetado, el del txakoli Bereziak, a aquellos caldos envejecidos que hayan sido criados sobre lías, fermentados en barrica
Otra de las novedades es que la graduación mínima del txakoli sube medio grado, hasta los 10,5, y que se incorporan al catálogo de variedades recomendadas, junto a la hondarrabi zuri y la hondarrabi beltza, la blanca hondarrabi zuri zerratia.