Los productos comprados a partir mañana, 1 de enero, tendrán una garantía de tres años frente a los dos que poseían hasta ahora. Dentro de este plazo, y siempre y cuando se aplique un defecto de conformidad, el cliente podrá elegir entre la reparación o la sustitución del mismo.
Asimismo, en el caso de bienes de segunda mano, la normativa mantiene que consumidor y empresa podrán pactar una duración determinada del plazo de garantía, que nunca podrá ser inferior a un año. De igual forma, también se amplía de tres a cinco años el plazo de prescripción para ejercer los derechos que el consumidor tiene cuando el producto presente una falta de conformidad.