El último Deustobarómetro (fechado hace apenas quince días) refleja, por primera vez en su historia, la preocupación real de la sociedad vasca por los pocos nacimientos que hay en Euskadi. Y el asunto tiene pinta de ir a peor o al menos de estancarse en las actuales cifras, preocupantes para asegurar el reemplazo generacional. En 2020, el año de la pandemia [último con datos cerrados] hubo 14.739 cuando en 2012 fueron 20.533.
La pandemia ha apretado lo suyo en este tiempo y ha hundido la natalidad en todo el continente, no solo en Euskadi. La inseguridad económica derivada de los ERTE, el miedo a los contagios en los hospitales y las consultas médicas, y la suspensión de los tratamientos de fertilidad debido al cierre temporal de las clínicas especializadas han puesto contra las cuerdas a esta pieza clave para la sostenibilidad del estado del bienestar