Los hechos tuvieron lugar en la medianoche del sábado al domingo, 00:10 h, este pasado fin de
semana cuando en la estación de Sopelana entraron 7 adultos acompañados de tres menores.
Uno de los adultos no llevaba la mascarilla puesta y otra la llevaba bajada, con lo que el vigilante
les indicó que por favor se pusieran la mascarilla correctamente.
El vigilante, después de reiterarles la petición de que, por favor, cumplieran las normas dado que si
no lo hacían tenía que llamar a la Ertzaintza, prosiguió con su ronda en la estación. En ese
momento comenzaron los insultos por parte del grupo y una de las mujeres que se identificó como
vigilante de seguridad privada, de otra empresa, le amenazó diciéndole que les dejara en paz, que
venían de una cena familiar y si no lo hacía que se le iba a caer el pelo.
Ante esta situación el vigilante procedió a solicitar que se identificara la persona que no llevaba
mascarilla a lo que este se negó y continuó insultándole, por lo que llamó a la Ertzaintza para que
se personara una patrulla y le informó de que no podría acceder al tren hasta que se personara
dicha unidad.
Cuando llegó el convoy, el agresor empujó al vigilante intentando subir al tren y le tiró al suelo, el
resto de adultos empezaron a propinarle patadas y puñetazos. En el convoy que acababa de llegar
venía una vigilante de apoyo que nada más llegar recibió una patada en el pecho por parte de otro
agresor que la tiró al suelo donde recibió más golpes. Aprovechando el tumulto el primer agresor
que no llevaba la mascarilla huyo del lugar. El resto del grupo fue identificado por los agentes y se
formuló la correspondiente denuncia contra ellos. Ante el estado de los dos vigilantes fueron
trasladados en ambulancia a la mutua, donde se les realizo un reconocimiento y se diagnostico que
uno de ellos tenía posible fisura en la mandíbula, esguince en mano izquierda, corte en mano
derecha., inflamación de la rodilla y fuertes dolores en el cuello. Más preocupante es el estado de
la vigilante que vino de apoyo, a la que se le diagnosticó posibles fisuras en las costillas, esguince
tobillo derecho golpes en cara y labio superior y en el momento de realizar esta noticia se le estaba
realizando un TAC par valorar posibles daños dado que tenía mareos y vómitos de los golpes
sufridos en la cabeza.
Desde CCOO de Euskadi tenemos que manifestar nuestra total repulsa a estos lamentables
hechos, más si cabe cuando una agresora es vigilante de seguridad privada y debía haber
mostrado un respeto al trabajo de los vigilantes agredidos que cumplían las normas legales en este
transporte público.