El Casco Viejo de Bilbao acoge desde mañana viernes, 25 de marzo, y hasta el próximo 10 de abril el VI Concurso de Pintxos de Bacalao de Bilbao, uno de los certámenes más exigentes de los que se organizan en el corazón histórico de la Villa, y que regresa al calendario gastronómico del Casco Viejo tras dos años de paréntesis derivado de la pandemia. El concurso, en el que participan 23 locales hosteleros –bares, cafeterías y restaurantes del Casco Viejo– volverá a dar un sabroso impulso a las semanas previas a la Semana Santa bilbaína.
La Asociación de Comercios, Hostelería y Empresas del Casco Viejo de Bilbao, Zazpikaleak, organizadora del concurso, se inspira de este modo en uno de los productos más habituales en sus comercios de alimentación y en las barras de bares y restaurantes y con más tradición en Bilbao, sobre todo, en estas fechas.
Así, la cocina más tradicional se fusionará en este certamen con las recetas más vanguardistas. Aunque muchas de las recetas que seguirán los cocineros de las Siete Calles tendrán como base acompañamientos clásicos como el pilpil o a la sala vizcaína, otros muchos ya han preparado creaciones innovadoras, que pasan por aderezar el bacalao con productos tan diferentes como nueces, hongos, especias o frutas.
Así, por ejemplo, el ganador de la última edición, de 2019, el Víctor de la Plaza Nueva, presentó un sorprendente pintxo compuesto por un saco de pasta brick y brandada, aderezado de crema de ajo blanco y pimientos rojos. Un pintxo muy alejado de la tradición, que cautivó al jurado.
El concurso pretende evaluar, por medio del voto de los clientes y de un jurado especializado, la calidad de este tipo de pintxos y reivindicar, al mismo tiempo, este producto tan demandado. Un jurado especializado, compuesto por cocineros y críticos gastronómicos, entre otros, pondrá la nota a los pintxos presentados, pero los clientes también otorgarán el premio del público, un galardón muy apreciado por los hosteleros. Al igual que el jurado especializado y por medio de papeletas específicas en cada uno de los locales inscritos, los clientes podrán calificar, del 0 al 10, tres cualidades: el sabor, la presentación y el conjunto.
«En Bilbao, y especialmente en el Casco Viejo, tenemos una gran tradición de bacalao, tanto en la hostelería como en nuestras casas. Por tanto los clientes tienen una opinión muy formada«, explica la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, Rosa Pardo.
Los clientes que voten, además, entrarán en un sorteo de una cena para dos personas en el Casco Viejo. El voto del público y el especializado servirán, al mismo tiempo, como encuesta de satisfacción dentro del proceso de mejora constante de la hostelería y gastronomía de enclave histórico bilbaíno.
Los bares y restaurantes participantes son los siguientes: Restaurante Aitxiar (María Muñoz, 08); Bar La Muga (María Muñoz, 08); Bar Fermín (Iturribide, 04); Cerveceria Casco Viejo (Plaza Unamuno, 03); Bar Rest. El Ciervo (Askao, 07); Sorginzulo (Plaza Nueva, 12); Bar Negresko (Plaza Nueva, 10); Víctor Montes (Plaza Nueva, 08); Bar Charly (Plaza Nueva, 08); Cafe Bar Bilbao (Plaza Nueva, 06); Iturriza Taberna (Plaza Nueva, 05); Bar Restaurante Víctor (Plaza Nueva, 02); La Olla de la Plaza Nueva (Plaza Nueva, 02); Toma y Daka (Plaza Nueva, 01); Café Lago (Correo, 13); Restaurante Kasko (Santa María, 16); Restaurante Lurrina (Barrencalle Barrena, 16); Beltza Taberna (Barrencalle, 30); Bar Isipil (Belosticalle, 21); Sarkue (Tendería, 09); Taberna Retolaza (Tendería, 01); Gloria Bendita (gastrobares Mercado de la Ribera); Ondori Botxo (Plaza Santos Juanes, 02).
Los comerciantes y hosteleros del Casco Viejo quieren honrar, al mismo tiempo, un producto histórico en Bilbao que se convirtió en un plato esencial en los hogares fruto de una casualidad. En 1835, José María Gurtubay, un comerciante del casco histórico bilbaíno que se dedicaba a la importación de bacalao, realizó un pedido a sus proveedores en el que escribió: «Envíenme primer barco que toque puerto de Bilbao 100 o 120 bacaladas primera superior«. «Las cantidades estaban escritas en cifras y se interpretó mal la «o», confundiéndola con un cero; así que recibió en puerto un millón ciento veinte bacaladas«, recuerda la asociación de comerciantes.
Justo en esas fechas, por «fortuna» para el comerciante, la Villa fue sitiada por las tropas carlistas y no podía entrar ni salir ninguna mercancía de la ciudad. Así que el bacalao del comerciante se convirtió en la alimentación de los bilbaínos durante aquellos meses. «El bacalao es, posiblemente, uno de los platos que mejor elaboramos la gente de Bilbao y Bizkaia; mucho mejor que en cualquier otro lado», sostiene la presidenta de la asociación.