Tras dos años de uso continuado de la mascarilla, hoy nos depedimos de ellal. Sin embargo, a pesar de que esto causará una gran felicidad en muchas de estas personas, a otras dar este paso de vuelta a la normalidad les puede suponer un problema e, incluso, causar ansiedad-
Sobre todo, a ciertos grupos como los adolescentes, a los que el cubrebocas les había aportado cierta seguridad y que podrían experimentar el síndrome de la cara vacía. Se trata de una fobia que se caracteriza por la sensación de inseguridad que se genera en la persona al dejar al descubierto la cara, en este caso, por la retirada de las mascarillas.Este síndrome, también conocido como ‘mask fishing’, puede tener dos orígenes diferentes: el miedo a mostrarse a los demás y la fobia a contagiarse.