El buen momento del sector está coincidiendo con una avalancha de jubilaciones de quienes se incorporaron al negocio hace más de 40 años y de los que accedieron al taxi tras la reconversión industrial. Otras licencias han quedado libres por fallecimiento de su titular, por incapacidad o por causas personales. Ahora hay 62 en venta.
De ellas, 58 están inactivas, algunas desde hace más de quince años. Sólo en cuatro de los casos, su titular ha contratado a un asalariado, una posibilidad que solo se permite en casos excepcionales.
También hay taxistas a la espera de vender su licencia para poder jubilarse. La falta de relevo se está haciendo más notoria desde 2018. Como hay mucha oferta de licencias y pocos interesados, el precio de los permisos está cayendo en picado.