Entre el 11 de julio, el día que el Gobierno vasco activó el «aviso amarillo por temperaturas altas extremas», y el 17 se notificaron en la comunidad autónoma 517 decesos, 145 más que el pasado año. Y un centenar más que en la semana anterior.
Desde 2015, primer ejercicio con datos en el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo), del Instituto Carlos III, nunca se había alcanzado una cifra similar en este periodo. Ni siquiera en 2020 y 2021, en plena pandemia, cuando hubo en torno a 370 fallecimientos.
A estas alturas del último año los termómetros no superaron los 28 grados en el País Vasco, mientras el domingo se batieron récords históricos en varios municipios y las máximas alcanzaron los 43 grados. En el País Vasco, donde las temperaturas no suelen ser tan extremas, la mayoría de las viviendas carece de aire acondicionado.