Marijaia está lista para la fiesta y el área de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Bilbao tiene todo bajo control para que se respeten los límites de la contaminación acústica previsto por la legislación.
El balcón del Arriaga aguarda ya a la neska más entrañable y txirene, que con 44 años luce más joven que nunca, porque el agua de Bilbao conserva que da gusto. La población tiene ganas de fiesta, pero con el bullicio llega un problema casi irremediable: el exceso de decibelios. La concejala de movilidad y sostenibilidad, Nora Abete, ha informado de que el Ayuntamiento desplegará un operativo especial para controlar que los equipos de sonido de txosnas y bares cumplan la norma de contaminación acústica, que, por ejemplo, impide superar en hora punta los 80 decibelios en recinto festivo. Escuchamos a la concejala Nora Abete.