La avenida Zumalacárregui perderá un carril pero ganará un bidegorri y dos pasos de peatones. La reforma de la calle, para la que aún falta un año, busca calmar el tráfico, mejorar la conexión de los barrios altos e incluye más iluminación para lograr más seguridad.
El proyecto ha sido presentado la mañana en el marco de la Semana Europa de la Movilidad pese a que no está previsto que se empiece a ejecutar hasta septiembre de 2023. La obra incluye el reasfaltado del firme, la renovación de las redes de saneamiento y abastecimiento, pavimentación, señalización… Mención aparte merece la mejora del alumbrado «en todo el trazado para proporcionar más seguridad a peatones y ciclistas». Y de manera paralela «se realizará el estudio de la renaturalización del paisaje circundante». Lo más destacado: el bidegorri, que sumará 660 metros de recorrido que se unen a los 23.424 de vías segregadas para ciclistas que ya existen en la ciudad.