Los repartidores y comerciantes se quejan de la nueva normativa, que restringe el acceso de vehículos al Casco Viejo de Bilbao. Entró en vigor el pasado 1 de septiembre para acallar las críticas vecinales y acabar con el «desbarajuste» causado por la elevada densidad circulatoria en la zona.
La ordenanza pretende racionalizar el uso de coches tanto entre residentes como propietarios de los negocios establecidos en una de las áreas con mayor concentración comercial de la capital vizcaína.Frente a esta coyuntura, el Consistorio decidió que las labores de carga y descarga se llevaran a cabo unicamente entre las ocho y once de la mañana, y por espacio de no más de media hora, tiempo que el sector juzga «insuficiente», tal y como han puesto de manifiesto esta mañana en El Madrugador.
Ante las protestas de los comerciantes durante el primer mes de funcionamiento, el ayuntamiento ha avanzado su intención de «flexibilizar» la normativa.