El nuevo edificio que el aeropuerto de Bilbao ha estrenado este jueves permitirá al aeródromo encarar el incremento de tráfico que se prevé en los próximos años, toda vez que ‘La Paloma’ está relativamente cerca de recuperar el número de clientes récord que logró antes de la pandemia, en 2019, con casi 6 millones de usuarios. En este 2022 se superará ya la barrera de los 5 millones y las perspectivas para el próximo verano son muy buenas. Todo ello pese a que 2020 fue un ejercicio catastrófico.
Loiu seguirá creciendo en el próximo lustro y el nuevo bloque técnico tendrá un papel clave para absorber ese aumento de flujo de viajeros. Será la obra que permitirá resistir con garantías a ese éxito, ya que el proyecto de gran ampliación del que justo se empezó a hablar antes del covid ha quedado en el aire, al menos por ahora. El edificio inaugurado ha permitido liberar 3.700 metros cuadrados en la terminal diseñada por Santiago Calatrava, al trasladarse al nuevo inmueble cerca de 200 trabajadores.
Se ha aprovechado ya el espacio vacante para ganar dos puertas nuevas de embarque, así como dos salas de espera para abordar los aviones.