Llega el esperado nuevo trabajo de Kulunka Teatro.
El Teatro Arriaga acoge este próximo sábado, 28 de enero (19:00 horas), el estreno de Forever, la nueva propuesta de la compañía que vuelve a apostar por el lenguaje silente de las máscaras en un espectáculo que combina ternura y crudeza para contar una historia que acontece en un núcleo familiar. El espectáculo está dirigido por Iñaki Rikarte y protagonizado por José Dault, Garbiñe Insausti y Edu Cárcamo. Entre los cuatro firman la autoría de esta nueva obra de Kulunka, una compañía avalada por su trayectoria —sus producciones acumulan cerca de 1000 funciones en 30 diferentes países— y por el reconocimiento obtenido por sus trabajos anteriores André y Dorine y Solitudes, especialmente este último, pues obtuvo dos Premios MAX, los de Mejor Espectáculo de Teatro y Mejor Composición Musical.
Forever es una coproducción de la compañía Kulunka con el Centro Dramático Nacional (CDN), el Teatro Arriaga de Bilbao y el Teatro Victoria Eugenia de Donostia. Fiel al estilo habitual de Kulunka Teatro, este nuevo proyecto también responde al planteamiento de teatro vital, actual, comprometido y conectado con la realidad.
Forever es la historia de cómo una familia se va alejando de lo que soñó que sería. Reflejando con humor e ironía las contradicciones del amor, pone el foco en temas como la paternidad, la educación, la discapacidad, la sobreprotección, la sexualidad o la violencia. Sobre una plataforma giratoria y con un lenguaje muy cinematográfico, Forever es un tiovivo; la noria de la vida. Pero también una espiral que, a medida que gira, ahonda en el dolor de sus protagonistas. ¿Hasta dónde puede arrastrar la incomunicación a una familia? Tal vez lo perturbador, lo emocionante, es que la historia de esta familia podría ser la de la nuestra. La compañía lleva al límite las posibilidades expresivas y dramatúrgicas de la máscara para crear un espectáculo de gran factura. A la profundidad de la historia se suma el virtuosismo de poner en escena un escenario giratorio que les permite contar con una
multiplicidad de espacios, pero sin perder la frontalidad que impone la máscara.
